sábado, 7 de noviembre de 2009

Una comunidad se hace parte del Museo Paleontológico



El casual hallazgo de piezas fosilizadas correspondientes a megafauna, ha permitido a investigadores del Museo de Arqueología de la Universidad de Los Andes, determinar la existencia de una antigua laguna de finales del Pleistoceno en el sector actualmente conocido como Llano del Anís, en el municipio Sucre del estado Mérida, a donde al menos mastodontes y caballos acudían para saciar su sed. Hoy, a más de un año de los primeros hallazgos y miles de años después de la existencia de estos animales, sus restos fosilizados -algunos ya extraídos y resguardados- podrían convertirse en piezas de admiración y transmisión de conocimiento para todo público.

Esto, será posible con la creación del Museo de Paleontología de Llano del Anís, producto del esfuerzo conjunto entre investigadores de la ULA, consejos comunales, autoridades municipales, parlamentarios merideños y la Fundación para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología del estado Mérida, Fundacite Mérida.

Jacinto Dávila, director ejecutivo de Fundacite Mérida, atendiendo la solicitud de algunos vecinos del sector, tras visitar el lugar donde trabajan los investigadores y reunirse con algunos habitantes, manifestó el interés de la Fundación por asumir la coordinación de una mesa de trabajo sobre el tema, a fin de articular esfuerzos, aprovechando experiencias previas en las que las comunidades han sido protagonistas.

Con el mencionado museo, comunidades del sector ubicado a orillas de la carretera La Variante, podrán vincularse a este singular hallazgo en los andes venezolanos , siendo partícipe de su creación, y además beneficiarios directos del valor agregado que necesariamente les ofrecerá al generar fuentes de empleo y mejoras en los servicios básicos.

Previa a la intervención de Fundacite Mérida, se han realizado reuniones preliminares con las comunidades, el Museo de Arqueología, los diputados ante la Asamblea Nacional, Manuel Briceño y Oscar Ramírez, así como con el alcalde Arón Varela. La propuesta del museo está adelantada por parte del Museo de Arqueología y entre los pasos por venir corresponde el otorgamiento de avales por parte de los consejos comunales del casco central de Llano del Anís, Juan XXIII, Las Mesitas y La Honda; igualmente se deben gestionar los recursos.

Como ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, Fundacite Mérida, articulando a los diferentes actores, impulsará la concreción del proyecto de museo que finalmente favorezca la divulgación y apropiación de conocimiento científico aportado desde nuestra entidad, por cuanto las actividades científicas, tecnológicas y de innovación son de interés público y general.

Ana Rosa Fernández de Villasmil, miembro de la Mesa Técnica de Electricidad de Llano de la Honda, se ha preguntado cuál es el beneficio que puede obtener la comunidad con este hallazgo, por lo que propone que se involucren todos los consejos comunales, instituciones educativas, la Alcaldía entre otros, para que el museo se concrete y exhiban réplicas de las piezas que ya han extraído los investigadores, pero que al mismo tiempo las familias del lugar puedan ser atendidas en diversos requerimientos que surgen a partir de esta particular situación.
Retomando los hechos

El hallazgo de estas piezas valiosas para la reconstrucción de la historia paleontológica y arqueológica de Venezuela fue casual, pues los pies de Ana Rosa - quien se disponía con su hijo a reparar una manguera de agua a pocos metros de su casa- se posaron justo sobre la primera pieza encontrada, de la cual intuyeron pertenecía a un animal "que no es de estos tiempos" según narró.

El 16 de noviembre de 2007, con apenas un mes viviendo en ese lugar, esta sencilla mujer pudo tomar en sus manos un molar del que luego se supo fue de un mastodonte. Entre familiares y vecinos corrió la voz sobre la extraña pieza y fue Joselo, quien al verla, contactó con el profesor universitario Adelis León, y éste alertó a investigadores del Museo Arqueológico. Desde enero de 2008 comenzaron a trabajar en el lugar y a finales de mes se conoció públicamente la noticia.

Lino Meneses, coordinador del Museo de Arqueología de la ULA, precisó que luego de las primeras excavaciones se determinó el hallazgo de fragmentos de un fémur y de dentadura, piezas fosilizadas específicamente de megafauna, que los hace pensar "en un contexto paleo arqueológico muy importante debido a su antigüedad y que por primera vez en la Cordillera Andina de Mérida se reportaba".

La superficialidad de los restos tiene que ver con la Geología, hay afloramiento del Cuaternario y se dieron las condiciones con la erosión ocasionada por el agua, explica Meneses, al agregar que las primeras aproximaciones del estudio geomorfológico y geológico y por la misma estratigrafía del lugar, pueden afirmar que se está en presencia de una antigua laguna, de finales del Pleistoceno. Probablemente "esos animales acudían hasta esa laguna a tomar agua y allí fallecieron".

Llano del Anís es una zona muy erosionada, ocurre allí el fenómeno llamado tubulación, consistente en la creación natural de vacíos en el suelo, grandes huecos, y la erosión del lugar ha permitido que ellos afloren.

Historia bajo el suelo

El yacimiento encontrado puede extenderse entre 30 mil y 50 mil metros cuadrados, por lo que simultáneamente han estudiado evidencias para determinar otros yacimientos en áreas que van entre Las González y la entrada a los túneles de la carretera hacia El Vigía, por ser zona de afloramiento del Cuaternario. Los sistemas de información geográfica y modelos predictivos ayudan en esta labor, en la que el geógrafo Omar Molina está trabajando como tesis de post grado.

En Llano del Anís, se han hecho sondeos alrededor de las casas, estando todo el lugar bajo una medida de protección emitida por el Instituto de Patrimonio Cultural, no obstante, se requieren ordenanzas municipales - cuyo proyecto fue presentado por el Museo de Arqueología- ya que en el lugar deben ser controladas las construcciones; ya un movimiento de tierra sin autorización afectó restos óseos de un caballo, quedando sólo múltiples trozos. Cuando existan piezas paleontológicas corresponde hacer su rescate por parte de expertos y luego se podrá permitir la construcción, conservando las áreas fundamentales del yacimiento.

La trinchera actualmente en trabajo tiene 288 metros cuadrados y con una profundidad que pasa de los 3 metros. Hasta ahora, Meneses afirma el hallazgo de un mastodonte, animal sur americano emparentado con los elefantes. Han conseguido el húmero, costillas, vértebras, una defensa (colmillo), fragmentos de la dentadura y de la espina dorsal, así como un fémur. Era un ejemplar muy joven cuya mandíbula todavía no han encontrado.

Los investigadores además necesitan saber si intervino la acción humana, si el animal fue tazado en el lugar porque la mayoría de los restos están in situ; hay piezas arqueológicas, por lo que deben establecer relaciones con el contexto para llegar a conclusiones sobre población temprana en la cordillera andina de Mérida. Esto sería extremadamente importante porque hasta ahora las fechas reportadas son del Siglo V después de Cristo, y aquí se estaría hablando de los siglos VII y VIII antes de Cristo, señala Meneses, quien agrega que esto es uno de los elementos que lleva a que la excavación sea lenta para ver la relación. Por otra parte, los restos del caballo indican que sí existieron en Latinoamérica estos animales de 7 a 14 mil años atrás, lo cual es muy antiguo para el continente americano.

Destacó además que hay eventos geológicos muy importantes en esa zona y si se compara donde se está excavando con el área donde la estación de servicio descarga sus aguas servidas, se observa que hubo un proceso geológico muy fuerte, como una inundación grande debido al tamaño de las rocas que debieron ser movidas por una creciente muy fuerte.

Entre lo mágico y lo real... queda mucho por encontrar

En la tradición oral, también hay mucho que indagar. Aun cuando los vecinos del lugar no recuerdan historias que refieren algún hallazgo de grandes piezas correspondientes a animales, Meneses refiere sobre "comentarios que dicen que a Llano del Anís se conocía como El Llano de los Gigantes; posiblemente venga de la gente que conocía la existencia de esos huesos grandes, de animales grandes y a lo mejor lo asociaban con personas grandes, con gigantes y hay comentarios de gente que creía que eran troncos de tuna o restos de arboles, de vegetales... o sea que sí hay información oral de que existieron o se conocieron estas cosas pero no se reportaban..."

A esa tradición oral, seguramente se sumará ahora la historia que cuenta Ana Rosa Fernández: "Vimos que era de un animal muy grande, y mi hijo dijo que no era de un animal de ahora. Con un cuchillo lo terminamos de sacar, se partió en 2 y se fue hacia abajo. Mi hijo se quitó la franela y lo guardó, lo llevamos para la casa. A los 3 días escuché una voz que dijo 'pongan en su sitio lo que se trajeron'... eso fue en la noche. Le pregunté a mi esposo que si la había oído, pero no oyó nada".

"Después, mi hija mayor me llamó, le conté y vino en la tarde a ver y con la curiosidad se llevó una muela para enseñársela a un señor que sabía de eso. Estando en su apartamento ella también escuchó una voz de hombre que la llamó por su nombre y le dijo que devolviera lo que se llevó. Pensó que alguien se había metido, pero estaba sola con su hija, no había nadie más. Le dije que lo trajera , lo trajo en la tarde y le dijimos a Joselo, se lo mostramos y llamó a una gente; el primero que llegó fue Adelis León y este le avisó a la Universidad y vinieron todos.

"Yo sé que hay algo más, pero todo a su debido tiempo, porque me lo dijo el indio. Yo me dije que el animal no puede hablar, y por eso se consultó con personas que hicieron una sesión espiritista, pero la principal fue Guillermina Marquina; ellos dijeron que era un indio Manaure Savedra y otros dos más, un Timotocuica. El primero nos explicó y nos regañó por que ellos pasaron un susto llevando los huesos, pues una gandola casi choca el carro, apenas se encunetaron y más adelante se les atravesó una vaca negra que no saben de donde salió. Mi hija le dijo que se lo había llevado por curiosidad, pero no por nada malo. El indio dijo que había algo más allí, mucha gente lo oyó".

Laguna vieja

Según el profesor Meneses, afortunadamente la construcción de la carretera no afectó la zona ya que no requirió excavación, contrariamente se hizo un terraplén para rellenar lo que posiblemente es la paleolaguna. Para ilustar mejor explicó que cuando nos trasladamos desde Mérida hacia los túneles que conducen a El Vigía, hay un corte en el cerro, bien pronunciado para dar paso a la carretera y al salir de ese corte lo que viene es un gran terraplén que une esa parte de la carretera con los puentes y luego hay una baja muy pronunciada. Todo indica que había una laguna no muy profunda, pero si un reservorio de agua importante. En torno a la laguna, falta precisar su antigüedad y que pasó cuando la paleo laguna desapareció.

Parecen elefantes pero no lo son

En la definición más sencilla sobre lo que era el mastodonte, encontramos una que puede orientar a los no familiarizados con conceptos paleontológicos: "Nombre común de diversos mamíferos proboscídeos fósiles parecidos al elefante, con grandes colmillos en la mandíbula superior, que vivieron a finales del periodo Terciario y en el Cuaternario". Sobre sus características se debe apuntar que los mastodontes aparecían recubiertos de pelo grueso, como los mamuts (género Mammuthus). Por ejemplo, un esqueleto de Mammut borcinus encontrado en Grecia, con colmillos de 4,39 m de longitud, corresponde a un mastodonte de 3,5 m de altura y un peso de unas 6 toneladas. Los mastodontes americanos eran animales de alzada algo menor que los mamuts o incluso que los elefantes actuales, pero de peso semejante al de éstos. / Con información de Diccionario Espasa y www.wikipedia.org (Diario de los Andes, 10/03/2009, Fundacite Mérida).-

Fuente:
http://boletin.uc.edu.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=22545:una-comunidad-se-hace-parte-del-museo-paleontologico-&catid=5:institucionales&Itemid=8
Fecha: Martes 10 de Marzo de 2009 07:56

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Descubren fósiles dientes de sable en Venezuela



El paleontólogo Ascanio Rincón dijo que decidió desvelar ahora el hallazgo, en 2006, de fósiles de dos tipos de tigres que vivieron hace 1,8 millones de años para proteger el yacimiento donde fueron encontrados, en el Oriente venezolano.
Uno de los fósiles descubiertos al sureste de Caracas

Rincón, paleontólogo del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), reveló recientemente la existencia de muestras de tigres de dientes de cimitarra y dientes de sable, algo inédito en la parte sur del continente americano. Rincón aseguró a Efe que las excavaciones las hizo con su equipo desde 2006 a 2007, siendo “el primer registro confirmado para Suramérica de tigre de dientes de cimitarra”.

Esta especie se extinguió “hace 500.000 años” y se encontraron seis ejemplares en la zona, según el paleontólogo. El descubrimiento del yacimiento tuvo lugar en verano de 2006, cuando la petrolera estatal, Petróleos de Venezuela (PDVSA), realizaban estudios “para meter una tubería y transportar petróleo”, según Rincón. El paleontólogo, que evitó indicar el lugar exacto del yacimiento por “motivos de seguridad”, destacó que buscó proteger la zona “ante la llegada de saqueadores” que, según denunció, sacaban fósiles del sitio.

“Al yacimiento llegaron incluso componentes del Ejército nacional para protegerlo”, añadió. Sin embargo, afirmó que el Instituto de Patrimonio Cultural venezolano les retiró “el permiso de excavación” el año pasado y que el equipo de paleontólogos está “esperando a que les renueven” la autorización para seguir analizando el lugar.

El hallazgo “abre un mundo de posibilidades para entender el gran intercambio biótico americano”, ya que hasta el descubrimiento, “el registro más al sur de América” de restos del tigre de dientes de cimitarra se tenía en el estado norteamericano de Texas, añadió el paleontólogo venezolano. Rincón explicó que, en el mismo yacimiento, los paleontólogos encontraron también un ejemplar de tigre de dientes de sable (“smilodon”) junto a restos de más de una treintena de especies de animales vertebrados extinguidos, entre los que se encontraban caballos, camellos, tapires, lobos, caimanes y aves acuáticas.

El experto explicó que, tras la fractura del Pangea, el supercontinente que englobaba a todos los continentes agrupados en el pasado, Suramérica quedó separada como una “isla en la que evolucionó fauna y flora” hasta que hace “1,8 millones de años conecta con Panamá”, lo que permitió que la fauna y la flora “cruzaran” entre Norte y Sur de América.

“El rango de distribución de estos animales era intertropical” y “vivían al mismo tiempo en distintas zonas geográficas”, destacó. Por otra parte, Rincón también denunció que, desde el año pasado, este depósito de unos 18.000 metros cuadrados y dos metros de profundidad está “desprotegido, sin seguridad, a la intemperie” y afirmó que hay “fósiles que están desapareciendo” del lugar. Asimismo, especificó que se tardarían “unos 187 años para analizar el yacimiento” si trabajar una veintena de personas ocho horas al día durante 200 días al año.

Fuente: http://esencia21.wordpress.com/2008/08/13/descubren-fosiles-dientes-de-sable-en-venezuela/